jueves, 13 de noviembre de 2008

Tiempo

Ahora en la hora del desamor
y sin la rosada levedad que da el deseo
flotan sus pasos y sus gestos
Las sonrisas sonambulas, casi sin boca
aquellas palabras que no fueron posibles,
las preguntas que solo zumbaran como moscas,
la poca fé en las ceremonias de la ternura

Y sus ojos, frio pedazo de carne azul.
Días perdidos en los oficios de la imaginación
como las cartas mentales al amanecer
ó el recuerdo preciso y casi cierto de encuentros
en duermevela que fueron con nadie.

Los sueños siempre son sueños.

Que sucia es la luz de esta hora
que turbia la memoria de lo poco que queda
y que mezquino el inminente olvido

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